Profundizar nuestros talentos identificando las ventajas que tenemos
Una persona excelente en algo, triunfa. Un jugador de fútbol que es excelente triunfa, un cantante que es excelente, triunfa, un mesero que es excelente siendo mesero, triunfa y si lo hace con pasión pues triunfa más porque se le facilita. A nosotros nos educaron en un mar de conocimiento con un centímetro de profundidad y ese es el peor error que estamos cometiendo en la formación de los seres humanos, debemos profundizar en las ventajas que tenemos y por esto existen dos tipos de ventajas.
Las ventajas comparativas son aquellas que se suelen suplir, es decir, un producto puede tener ventaja por el precio frente a otro producto porque es más barato; sin embargo, las ventajas comparativas dependen de sus características y por lo tanto del uso o necesidad.
Las ventajas competitivas en cambio, son las que no se pueden copiar, son las que marcan la autenticidad del producto o de la persona porque recuerden que somos productos. Estas ventajas están relacionadas con la personalidad la cual abarca dos elementos importantes que son el temperamento, que es lo que traemos desde que nacemos, la herencia genética y por otra parte, el carácter. El carácter es aquel que se forja, se desarrolla con las experiencias de vida y la gente que tiene carácter es la que controla el temperamento.